Ser funcionario de casilla

La suerte o la desgracia, según se vea, persigue a mi familia, este año salimos sorteados para participar en el proceso electoral desde dentro; mi hermano y yo aceptamos el compromiso de estar ahí el domingo.


Esta es la tercera vez que soy funcionaria de casilla, mi función fue la de secretaria.


Nos es fácil ser funcionario de casilla, es una responsabilidad muy fuerte ya que uno busca hacer las cosas lo mejor que se pueda, cada uno de nosotros se comprometió para que esto llegara a buen término. 



No es queja, pero muchos ignoran que ese día pasamos hambre porque casi no te da tiempo de comer y tienes que padecer que los baños no estén bien habilitados; estar en un solo lugar 10 horas sentado en sillas de madera o parado en un solo espacio es muy tedioso y cansado. Además, el lidiar con algunas situaciones que se suscitan a la hora es de extrema tensión.



Se  afirmará que hubo corrupción en las votaciones, claro, eso todos lo sabemos, se da en la compra de votos o en el conteo en el IFE, pero lo que sí defiendo es la transparencia en las casillas porque ahí participamos ciudadanos que queremos que en el país se ejerza la democracia.



Fui parte y juez de que todos hicimos nuestro mejor esfuerzo, incluso de Ángeles, la jovencita del IFE que nos capacitó, en la cual vi compromiso, entrega, esmero y paciencia para aclarar nuestras dudas y porque las cosas marcharan en orden.



En mi casilla ganó Andrés Manuel López Obrador y en las otras tres también, así que para mí López Obrador, así como hace seis años en que también fui funcionaria de casilla, ganó las elecciones, es por eso que ahora me niego ver, escuchar o leer las noticias sobre el tema, quiero evitar escuchar lo contrario a lo que vi en las casillas, al menos en donde me tocó participar.



En ese micropaís en que viví más de 13 horas (el conteo de votos lo terminamos a las 10 de la noche) la gente le apostó al cambio, comparto con ustedes una foto de la cartulina que llené con los resultados de la casilla Contigua 3.



Fue una buena experiencia y como lo expresé ahí en ese momento, ojalá la "chinga" que todos los ciudadanos nos llevamos en las casillas no haya sido un esfuerzo en vano y que el ganador sea el legitimo y no producto de la corrupción, que así sea.